Quedará la lágrima en
el silencio clausurado. con tibio olor de dos desconocidas que se dejan a la
noche sin ruido. Vendrá lo que nunca escribiste y me pondré el
vestido-brillante en un tiempo-para leer tu voz sin vos; tus ojos sin vos. Hare
embromar a los opresores para alegrar mis ojos tristes y justamente ahí;
volveremos sin tiempo; ni espacio; con esa luz dentro de una botella en la
orilla del mar perdido. Y juntas miraremos esa luna tan distante como nosotras
mismas.
En el acto de
desconocernos; nos reconocemos. Esa libertad donde todo nos falta menos la
alegría. Donde nuestros relojes no tienen hora y somos niñas pedaleando los
sonidos. un día diremos; "hemos sido..." y seremos ceniza y olvido.
Abrazo que deja vacía la plaza; porque se lleva en el pecho esas lámparas
proletarias que arden como sol misma. Vuelvo a guardar en los bolsillos la
nostalgia de la lluvia como un tatuaje; una cajita de música. Una primavera
mojada que contempla lo que permanece.
Y ahí quedará la
lágrima clausurada. Mostrando rostros de días que escapan al almanaque. ahí
quedaremos juntas como algo que regresa en la íntima ventana. Llenas de gente
que sueña con un mundo mejor. Llenas de ese amor proletario. Ese lenguaje que
habla por los ojos y que nos da calorcito con ese farol a kerosén. Y Ahí
permaneceremos; como escondidas en un ladrillo de esos esqueletos urbano; entre
risas y goteras.
Nada se detiene; todo
es lucha. Dame un fusil compañera para perecer o triunfar. me dejo en el abrazo
y en el entender tu vos; me dejo a la vida.
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