La noche hace a la noche con simples cosas.
Una mirada de Nicanor, el neto contador de historias alcanza
para llenar el vacío. El odio de clase en su pecho es la huella de un camino a
seguir.
La noche hace a la noche con simples cosas.
Emilia tiene facilidad de palabras, a cada segundo va
hilando su discurso, que a la vez es mío: La represión es política de Estado”,
me quedo quieto, ahí no llega el invierno.
La noche hace a la noche con simples cosas.
En un rincón, la veo a ella con mucho viento que levanta la
tierra de desgastados sueños. No dice nada. No digo nada.
La noche hace a la noche con simples cosas.
Abelardo, el poeta del pueblo me invita a cebar unos
amargos, ya no hay pájaros, sino ametralladoras que danzan en mi sal de
lagrimas.
La revolución es como el hambre en mi rostro, siempre esta
presente.
La noche hace a la noche con simples cosas, aunque estemos
ausentes.