Mañana a mañana mi sangre es tu sangre.
La que desata la lengua y arriesga verdades.
Soy otro, pero visto tu piel, la del oficio violento con pólvora en los dedos.
El que abraza a los que no tienen huellas de futuro y deja caer una lagrima.
Libero el manuscrito espontáneo:
“Mentira, calla. Ya está bien. Ya está”
Y nace un puño en el barro